domingo, 22 de enero de 2012

La Muy Noble y Leal Villa de Villa-Robledo (2) Hitos históricos.


         El Robledo experimentó un importante crecimiento en población e importancia desde su fundación, como aldea de Alcaraz en 1.292  hasta 1.436, año en que  el Rey D. Juan II la redime de dicha jurisdicción para entregarla, ya con privilegio de villazgo, y en premio de los méritos contraídos en su lucha contra el moro, a Don Rodrigo Manrique, Conde de Paredes y padre loado y trovado que fue a su muerte por su hijo y sucesor el insigne poeta Jorge Manrique.

       La aldea de El Robledo pasó así a denominarse Villa del Robledo, permaneciendo bajo el señorío de D. Rodrigo Manrique hasta que éste, tras finar el monarca que le hizo merced de la misma, la vendió en 1.454 a Don Juan Pacheco Marqués de Villena.
              
                 
          De mal grado asumirían los villarrobledenses esta transmisión y de peor talante aceptarían que  en 1.471,  el mismo Marqués de Villena, por ser también Señor de Belmonte, privase a la localidad de sus prerrogativas de villazgo para degradarla, como simple aldea, a la jurisdicción belmonteña.
               
                Pero como la ocasión la pintan calva unos años después, en 1.475, surgiría trance de desquite cuando, con ocasión de la guerra de sucesión en el trono de Castilla los roblenses, alentados por Don Jorge Manrique, levantaron pendones  a favor de Isabel la Católica como su reina y señora, en contra de los designios del Marqués de Villena, partisano del bando franco portugués que sostenía las pretensiones de Juana la Beltraneja.

              
  Tras la victoria castellano aragonesa de Toro y por reales Cédulas de 20 de agosto y 14 de noviembre de 1476, los Reyes Católicos recompensaron la fidelidad de tan leales servidores a su causa con la restitución en su condición de villazgo, pasando a denominarse Villa de Villa-Robledo de la Vega y siendo incorporada al Patrimonio Real de manera definitiva y con la condición de no ser nunca más enajenada.

        Jorge Manrique moriría en 1479 en  la vecina localidad de Santa María del Campo Rus donde fue trasladado tras resultar herido durante una escaramuza en el Castillo de Garcimuñoz, que era defendido por el  Marqués de Villena. Entre sus ropas, encontraron unos versos “¡Oh mundo!, pues que me matas/ fuera la vida que distes/ toda vida/ mas según acá nos tratas/ lo mejor y menos triste/ es la partida ..."


               

 La lealtad de Villa-Robledo a la Monarquía Católica resultó reiterada y ratificada posteriormente con ocasión de la Guerra de Granada, a cuya victoria  contribuyó con numerosa tropa voluntaria de infantería y otros socorros materiales; haciendo así gala y ostentación de su título de Muy Noble y Leal Villa.



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