El Dr. Franco nos relata, sin ahorrar adjetivos elogiosos,
la Edad Dorada que vivió la localidad desde su fundación hasta la decadencia en
riqueza y población que se produjo en los primeros lustros del Siglo XVII:
Es
cosa digna de ponderación, que de tan
cortos principios como fueron los de esta villa … llegase a tan grande
opulencia y aumento de vecindad… lo cual no pudo ser sin que tuviesen muy a
manos llenas el favor del Cielo y bendición de Nuestro Señor, sin lo cual
ninguna cosa crece ni se aumenta… ... y va creciendo esta Villa cada día más en
el número de sus habitantes, aumentando Dios Nuestro Señor no sólo las
generaciones de gente, sino también con
mucha abundancia los frutos de la tierra, dándoles grandes y abundantísimas
cosechas de todo lo necesario para esta vida … y con tantos aumentos de
vecindad y nuevas poblaciones, esta Villa que había
empezado con una aldea tan
corta, como se ha dicho, pudo igualarse con una ciudad muy populosa, porque,
según dicen los antiguos, llegó a tener de vecindad más de cuatro mil vecinos, todos tan prósperos y
acomodados que se ejercitaban en la labranza del campo y siendo tan grande el
término que hoy tiene esta Villa, se salían fuera para ejercitar sus labranzas…
y así era común dicho de todos los lugares circunvecinos que Villarrobledo sólo
con sus cosechas podía abastecer de trigo a toda Castilla…
Según nos cuenta
el Dr. Franco: "... Los fundadores de la villa edificaron sus casas alrededor de la
pequeña ermita dedicada a San Blas que cubrieron inicialmente de retama… pero
el incremento de población y riqueza, como consecuencia de las cosechas, que se
produjo en las décadas siguientes a dicha fundación permitió que sus vecinos
edificaran la Iglesia del Señor San Blas, la que llaman antigua de obra muy
fuerte y curiosa, como se ve en la portada vieja, que corresponde a la plaza,
que todo es de piedra labrada con mucho primor y arte. Erigiose en este tiempo
la torre y se pusieron en ella las campanas que habían traído del sitio de
Villarejos, que hasta entonces habían estado en medio de lo que hoy es la plaza
puestas en unas encinas y allí las tocaban las veces que era necesario para
congregar al pueblo a los Divinos Oficios.
Se
hicieron asimismo las ermitas de San Sebastián, hoy parroquia con la misma
invocación, y de San Cristóbal, hoy
parroquia dedicada a Santa María y, hacia el Mediodía se edificó la ermita de
Santa Quiteria, que después fue convento de San Francisco... también son fundaciones de aquellos tiempos
la ermita de San Antón, la actual
dedicada a San Cristóbal, Nuestra Señora de la Soledad, la de Nuestra Señora de
la Caridad, Patrona de Villarrobledo, la ermita de San Ildefonso, y San Roque,
la ermita de la Concepción con su hospital, y la de Santa Ana… siendo también
innumerables la cofradías… y las fundaciones de tres conventos: dos de
religiosas de San Bernardo y de Santa Clara y el ya dicho del Gloriosos Padre
San Francisco...
La Tercia (actual edificio del Círculo Mercantil) |
El
incremento de los diezmos de la Iglesia originó la riqueza necesaria para que
los vecinos reedificaran posteriormente de nuevo la Iglesia de San Blas y lo
que hoy hay obrado manifiesta el ánimo de aquellos vecinos antiguos, porque es
la planta de la iglesia nueva tan grande, y lo que hay obrado de cantería tan
rico y curioso que, si se acabara pudiera competir con la Iglesia más rica de
muchas Catedrales de Castilla, la planta de las torres es la misma que la de la
insigne Catedral y Primada de las Españas, Toledo … aunque no está acabada, ni
se acabará… (sic) y todo ello salió de la parte que tocaba a la Iglesia de sus
diezmos quedándole muy bastante de la renta para el innumerable gasto que tenía
su culto y salarios de sus ministros…."
Gracias al Padre
Francisco de la Cavallería y Portillo, de la Compañía de Jesús, tenemos
relación y elogio de los varones y mujeres que, durante esta Edad Dorada,
ilustraron la historia de Villarrobledo: y así tenemos noticia del prodigio de
las campanas, cuando comenzaron por sí mismas a tocar milagrosamente por el
fallecimiento del Santo labrador y Siervo de Dios Francisco García Rubio…
… y nos habla del Sapientísimo Padre Fray Alonso de Robledo
de la Orden de San Jerónimo, y del Sabio Doctor Alfonso Ortiz, que fue Canónigo
de la Santa Iglesia de Toledo y muy estimado de los Reyes Católicos Fernando e
Isabel, y de su mismo linaje el Doctor Blas Ortiz que también fue Canónigo de
la Catedral Primada y de su hermano el Doctor Pedro Ortiz, que fue Catedrático
de Teología en la Universidad de París y aparece en los anales de la Compañía
de Jesús como maestro y protector de su fundador San Ignacio de Loyola…
… y también tenemos noticia, por el Padre Cavallería, de la
Venerable Sierva de Dios Sor Olalla Gómez de la orden seráfica de San
Francisco, que murió en olor de santidad; y del venerable mártir Padre Alonso
Pacheco, de la Compañía de Jesús, que murió en La India junto con sus hermanos
misioneros alanceado por los gentiles de aquellos confines; y del Padre Joaquín Sánchez Calero, también
de la Orden de San Ignacio y misionero en Filipinas… y del también jesuita
Padre Francisco Tercero de Vargas misionero en la provincia de Mexico de Nueva
España…
… y del Padre Francisco Rosillo, también de la Compañía de
Jesús, que murió en la Armada Invencible administrando los sacramentos a los
marineros y soldados en medio de la tempestad . Y así de otros muchos naturales
de esta villa que dieron lustre y esplendor a la historia de Villarrobledo y
aún de todas las Españas.
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