El Dr. Franco nos relata, sin ahorrar adjetivos elogiosos,
la Edad Dorada que vivió la localidad desde su fundación hasta la decadencia en
riqueza y población que se produjo en los primeros lustros del Siglo XVII:
Es
cosa digna de ponderación, que de tan
cortos principios como fueron los de esta villa … llegase a tan grande
opulencia y aumento de vecindad… lo cual no pudo ser sin que tuviesen muy a
manos llenas el favor del Cielo y bendición de Nuestro Señor, sin lo cual
ninguna cosa crece ni se aumenta… ... y va creciendo esta Villa cada día más en
el número de sus habitantes, aumentando Dios Nuestro Señor no sólo las
generaciones de gente, sino también con
mucha abundancia los frutos de la tierra, dándoles grandes y abundantísimas
cosechas de todo lo necesario para esta vida … y con tantos aumentos de
vecindad y nuevas poblaciones, esta Villa que había